Mujeres en la historia de la Ciudad de Salamanca
La
guía, muy amena, nos descubrió el modo de vivir de las mujeres en Salamanca
entre los siglos IV al XX, en cuatro fases. Nos contó la historia de valientes
mujeres que, escondiendo sus armas bajo las vestiduras, protagonizaron un
encuentro con las tropas de Aníbal. Gracias a ellas, dicen que el temido conquistador cartaginés decidió no destruir la ciudad. A esto se debe el dicho: “Las mujeres de Salamanca son de armas tomar”...
Escudo de Isabel y Fernando (barroco) -Universidad |
Casa donde nasció Beatriz Galindo, la Latina |
Con un buen paseo por diferentes monumentos para enseñarnos esculturas y señales de la poca presencia reconocida de la mujer, la guía nos relató además, historias de sus vidas desde Doña Mafalda (esposa de Alfonso VIII), Urraca I de León, Beatriz Galindo, Isabel la Católica e Isabel de Portugal, Melibea, Juana de Pimentel, los diversos Conventos de Monjas, Santa Teresa de Jesús, Lucia de Medrano, hasta los días actuales con Carmen Martin Gaite.
Casa de las Conchas, donde vivió Juana de Pimentel, hoy día Biblioteca Pública |
Las
mujeres estaban expuestas a toda clase de dominio: de sus padres, esposos,
hermanos e hijos, que las manejaban como
peones para controlar, negociar, obtener buenas dotes y alianzas matrimoniales.
Entre
estas, destaca la figura de Urraca I de León, apodada la Temeraria, por ser la
primera mujer Reina de toda Europa que, con sus matrimonios y vicisitudes
consiguió hacer valer su puesto en el reino y pese a determinados hombres de su
vida, reivindicar el olvido en su historia.
La posición de las mujeres nobles estaba dictada por la cantidad de tierras que aportaban al matrimonio, ya que la tierra equivalía al poder.
Las mujeres de clase más baja tenían en realidad más libertad de expresión que las demás, porque la vida era difícil para los siervos (hombres o mujeres) por igual y las mujeres trabajaban junto a los hombres.
A las mujeres se les negaba la misma posición social que a los hombres, al tiempo que se las reconocía legalmente como sus compañeras, ayudantes e incluso como sus iguales. La visión de la mujer como una tentadora malvada o como una diosa virginal no dejaba lugar a una percepción de la mujer como individuo. A las mujeres se las demonizaba.
El rol de la mujer en el siglo XVII, dado su papel secundario, se relegaba al ámbito doméstico y, se consideraba que debía ser sumisa ante el hombre, ya que su virtud en esa época era la de la modestia y el silencio.
Terminamos nuestra visita en la Plaza de los Bandos, cerca de donde vivió Carmen Martín Gaite, renombrada escritora salmantina de nuestro tiempo.
Estatua de la escritora Carmen Martín Gaite |
Preciosa salida.Una mañana llena de mujeres que nos han dado un ejemplo de vida.Ellas desde su pasado nos hablan con sus obras, sus hechos.La guía muy buena, transmitía el entusiasmo por su trabajo y por las mujeres que nos presentaba.
ResponderEliminarBonito reportaje sobre las mujeres.
ResponderEliminarSiempre luchando.